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Día mundial de las ciudades: La ciudad compacta sostenible (I)

Desde hace años se viene hablando de las ventajas de la ciudad compacta frente a la ciudad dispersa como modelo de crecimiento de las ciudades.

Los motivos más relevantes por los que se ha extendido la preferencia del modelo de ciudad compacta frente al de ciudad dispersa son la menor ocupación del suelo, la reducción de los tiempos de desplazamiento y la mayor facilidad para prestar todo tipo de servicios. En definitiva, su mayor sostenibilidad.

Pero ¿Podemos decir que toda ciudad compacta es una ciudad sostenible? ¿Cuánto de compacta puede ser una ciudad para que pueda considerarse sostenible? ¿Cuántas viviendas por unidad de superficie tiene que tener?

Para poder adentrarnos en estas cuestiones necesitamos conocer conceptos tales como unidad de superficie, densidad y ocupación.

La densidad es el parámetro urbanístico que define el número de viviendas por unidad de superficie. Habitualmente, la unidad de superficie en planeamiento es la hectárea (Ha), que equivale a 10.000 m², es decir, la superficie de un cuadrado teórico de 100 metros de lado. 

La ocupación , urbanísticamente hablando, es el porcentaje de la parcela que está ocupado por la construcción.

Teniendo en cuenta estos parámetros, los doctores en Ciencias Biológicas, Josefa María Rodríguez Mellado y Francisco Rivero Pallarés, han establecido una metodología, basada en criterios de sostenibilidad, que permite calcular la densidad de viviendas, es decir, número de viviendas por hectárea, que debe tener una ciudad para que pueda considerarse una ciudad compacta y sostenible (Revista Científica Monfragüe Resiliente. ISSN 2340-5457. Volumen VIII, Nº 2 (abril 2017)

http://www.eweb.unex.es/eweb/monfragueresilente/numero16/Art6.pdf

A partir de unos criterios de sostenibilidad y mediante un razonamiento matemático, los autores establecen que las características del suelo urbano residencial, para considerarlo como parte de una ciudad compacta y sostenible, son:

– La densidad óptima es de 120,76 viviendas por hectárea.

  • la superficie de parcelas edificables debe ser aproximadamente el 25% del suelo ordenado, es decir que de cada hectárea (10.000m2) sólo deben ser edificables 2.484,52 m².
  • la superficie de zonas verdes y red viaria debe ser aproximadamente el 75% restante del suelo ordenado, es decir que de cada hectárea (10.000m2) sólo deben ser edificables 7.515,48 m².

 Para hacer el cálculo del número de habitantes idóneo por cada hectárea, los autores estiman un total de 2,4 habitantes por vivienda. Por lo que, si multiplicamos las 120,76 viviendas por hectárea por 2,4 habitantes por vivienda obtendremos que el número de habitantes por hectárea es de 288 habitantes.

Como la superficie de vivienda considerada en el estudio es de 30 m²/habitante, cada vivienda promedio tendría una superficie de 72 m² (2,4 habitantes/vivienda x 30 m²/habitante). La superficie construida por hectárea será por tanto de 8.694,72 m² (72 m²/vivienda x 120,76 viviendas/Ha). 

Dado que, para que exista la sostenibilidad es necesaria una mezcla de usos, se supone que las plantas bajas y entreplantas de las edificaciones se destinan a locales comerciales, oficinas y servicios. En este contexto, podríamos tener distintas opciones en función de la ocupación (la ocupación es un parámetro urbanístico que se define por el porcentaje de la parcela ocupado por edificaciones):

– Si la ocupación de la edificación fuera del 100%, es decir, toda la parcela ocupada por edificación, como es habitual en los cascos históricos de las ciudades europeas, se requerirían, al menos, 5 plantas para ubicar la superficie construida necesaria.

– Si la ocupación de la edificación fuera del 50%, es decir, la mitad de la parcela ocupada por edificación (como sucede, por ejemplo, en las parcelas de edificación abierta del municipio de Alicante) se requerirían, al menos, 8 plantas para ubicar la superficie construida necesaria.

– Si la ocupación fuera del 10% (como sucede, por ejemplo, en numerosas parcelas de Benidorm), se requerirían, al menos, 36 plantas para ubicar la superficie construida necesaria.

Observamos, por tanto, que la ciudad compacta sostenible con edificaciones de usos mixtos requiere que éstas sean no inferiores a 5 plantas si toda la parcela se encuentra ocupada por edificación; y si pensamos en parcelas con espacios libres de uso privado, tales como zonas deportivas, jardines, etc., tendríamos que ir a edificaciones superiores a 8 plantas.

En conclusión, la sostenibilidad en urbanismo pasa por edificar en altura, reduciendo o abandonando el modelo de crecimiento disperso con edificaciones de sólo una o dos plantas. 

Pero ¿Dónde está límite? ¿Es siempre aplicable este criterio? ¿ Cuáles son las ciudades más sostenibles de nuestro país? ¿Cómo están respondiendo en tiempos de pandemia?

En definitiva, cuál es esa ciudad ideal. Seguiremos profundizando en este análisis en próximas publicaciones.

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