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«Color del año 2020: El azul»

Este año PANTONE ha elegido el azul como color del año, concretamente el  PANTONE  19-4052 CLASSIC BLUE el cual describe como un color que  aporta sensación de paz y de tranquilidad al espíritu humano y ofrece refugio. El PANTONE 19-4052 Classic Blue facilita la concentración y aporta una claridad que nos ayuda a enfocar de nuevo nuestros pensamientos. El Classic Blue es un tono azul reflexivo que fomenta la resiliencia.”

Aprovechando esta elección de Pantone, comenzamos esta serie de artículos sobre los colores con el azul, un color que llega a tener hasta ciento once tipos diferentes y es el más valorado de los colores, siendo el favorito del 46% de los hombres y el 42% de las mujeres.  

Todos los profesionales que trabajamos con los colores deberíamos entender el efecto que éstos producen en las personas. Conocemos muchos más sentimientos que colores, por tanto, cada color puede producir efectos distintos e incluso contradictorios.  No obstante, el contexto en el que se aplican es un factor que determina el efecto de los mismos y la percepción que el usuario tendrá de dicho color. 

El azul es un color frío. El origen de que se considere como tal radica en la experiencia, ya que nuestra piel se pone azul con las bajas temperaturas. Desde que en 1850 los impresionistas empezaran a representar las cosas sin sus colores reales, dividiéndolas en los colores de la luz, las sombras pardas desaparecieron de la pintura pasando a ser azules en la pintura moderna.  En el ámbito del diseño de interiores el azul parece abrir el espacio, lo cual permite generar en los climas más cálidos sensación de frescor mientras que no es nada recomendable dicho efecto en climas fríos. Es pues que aplicado a la vivienda puede resultar frío, pero a su vez tranquilizante y se suele utilizar en dormitorios. 

Curiosamente, no hay ningún sentimiento negativo asociado a este color. Sólo hay un ámbito donde el azul tiene connotaciones negativas y es en la comida. No comemos ni bebemos prácticamente nada de color azul.

Es también el color de la simpatía, la armonía, la amistad y la confianza. ¿Por qué la mayoría de las personas asocia el azul con estos sentimientos? No es casual, y es que cuando asociamos sentimientos a colores, pensamos en un contexto más amplio que el propio color en sí mismo. El cielo es azul, de ahí que el azul sea el color de lo divino, de lo eterno. La experiencia continuada ha convertido al azul en el color de todo lo que deseamos que permanezca, que dure eternamente. 

Los colores también son capaces de generar perspectiva. Cuantos más grados de azul vemos en el cielo entre el azul claro y el oscuro, más lejos parece alcanzar la vista, es el efecto que los pintores denominan “perspectiva aérea”.  Así mismo, al observar una superficie transparente como el agua, el aire o el vidrio las vemos de color azul  aunque realmente no lo son. Cuando se acumulan grandes masas de algo transparente surge el azul. Es decir, con la profundidad llega un momento en que todos los colores desaparecen en el azul y el primero de ellos el rojo. Por todo ello, se considera al azul el color de las dimensiones ilimitadas. 

Otra curiosidad es la aplicación de este color en los envases de alimentación. Siendo el acorde de color azul- blanco- plata el más utilizado para los envases de alimentos que deben conservarse fríos y frescos. 

El azul es uno de los colores primarios junto con el rojo y el amarillo y de ellos se derivan todos los demás. Los pigmentos para la producción de los colores se obtienen de plantas, tierras o minerales. Con ellos se hace un polvo, denominado pigmento, que mezclado con una sustancia aglutinante hace que permanezca en la superficie pintada. La diferencia entre los distintos tipos de pinturas es el aglutinante utilizado para fabricarlas. Para el óleo es el aceite, en la acuarela solución de goma, en el acrílico un material acrílico etc… 

Según el pigmento utilizado varía pues el valor de la pintura. Curiosamente el color más caro que se conoce es el azul de ultramar cuyo pigmento se extraía de una piedra semipreciosa, el lapislázuli. Aún hoy se produce auténtico azul de ultramar rondando el de máxima calidad los 15.200 € el kg. 

Cabe decir que no fue hasta el S. XIX cuando los químicos lograron producir colorantes a partir de un componente del alquitrán de hulla. No obstante, no se consiguió crear el pigmento azul químicamente hasta 1897 siendo el primer color artificial que se comercializó el malva en 1856.  El azul ha sido la obsesión de muchos artistas, como por ejemplo Yves Klein que patentó en 1960 su propio color azul, el azul klein. 

¿Te atreves a incluir el azul en tu casa?

Comentarios

  • Ruben Sanchez
    reply

    Muy bueno. Yo ya lo he utilizado en mi casa y queda genial.

    19 octubre, 2020

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