Close
volver arriba

La ciudad compacta sostenible (III)

En anteriores posts citábamos un estudio que situaba el nivel deseable de compactación de la ciudad en 120 viviendas por hectárea, y realizamos un breve análisis de la situación de una de las manzanas del Eixample de Barcelona en la que se duplica el número de viviendas constatando que se produce congestión del tráfico rodado con niveles de contaminación atmosférica por encima de los permitidos por la UE.

Decíamos que la ciudad de Barcelona está desarrollando el programa Superilles (supermanzanas). Las supermanzanas son agrupaciones de manzanas en cuyo interior se restringe el tráfico y se amplía el espacio peatonal.

Según el Plan de Movilidad Sostenible de Barcelona, en el interior de las supermanzanas los peatones recuperarán la prioridad de paso y de estancia. Los vehículos de residentes, distribución de mercancías, servicios o emergencias podrán acceder normalmente. La circulación de todo tipo de vehículos de paso, sin embargo, quedará canalizada por el perímetro de las supermanzanas, por donde también circulará el transporte colectivo de superficie.

La eliminación del vehículo de paso en las calles interiores pretende reducir el volumen de tráfico y conseguir reducciones significativas en contaminación, ruido o sensación de inseguridad, recuperando de esta manera el espacio para la estancia y disfrute de sus vecinos. 

En nuestro post anterior sobre la ciudad compacta sostenible, explicábamos que actualmente el suelo ordenado del Eixample se encuentra ocupado en un 70% por parcelas edificables y sólo el 30% restante se destina a calles. Al recuperar estas calles para el tránsito peatonal se conseguirá que tengan un cierto carácter de zonas verdes, si bien se quedarán lejos de de la ratio deseable de 75% para zonas verdes y red viaria y 25% para manzanas edificables.

¿Cómo incrementar la ratio de zonas verdes? Salvador Rueda (Director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona) propone un nuevo urbanismo denominado “urbanismo de los tres niveles” que proyecta tres planos con el mismo detalle: aparte del plano en superficie del urbanismo tradicional, un plano en altura y un plano del subsuelo. Por ejemplo, sugiere la creación de huertos urbanos en los espacios libres o interiores de manzana o reserva de espacios en las cubiertas de edificios públicos para garantizar la continuidad del verde en altura. 

Rueda también propone fomentar las redes de transporte masivo público en el subsuelo y realizar en dicho nivel la reserva de espacio para la ordenación de las redes de servicios urbanos en galerías de servicios, depósitos estacionales o acumuladores para grandes volúmenes de agua caliente.

La tecnología de la construcción permite la utilización de las cubiertas de los edificios para distintas actividades. Aunque se trata de una idea antigua (recordemos el diseño de l’unité d’abitation diseñada por Le Corbusier y construida en 1952 en Marsella, que manejaba la idea de restituir el espacio ocupado por el edificio como zona verde en la cubierta) no ha sido frecuentemente utilizada en nuestras ciudades. Sin embargo es una idea interesante y ofrece grandes posibilidades de incrementar los espacios verdes existentes tanto públicos como privados, generalmente insuficientes en las ciudades.

Enviar un comentario